El "contrato" de vida con el Universo
EL
CONTRATO DEL PROPÓSITO VITAL
En
la de planificación de nuestra vida, nuestro Yo superior o Ser
espiritual realiza un contrato consigo mismo y con todo el Universo
según el cual se va a encarnar en un ser humano en una determinada
época, familia, entorno… donde se den las condiciones propicias
para crecer, evolucionar, participar positivamente en todo el proceso
incesante de la creación con un propósito vital de compasión y
altruismo, de sembrar un beneficio constante para todos los seres.
Ello le va a permitir avanzar en su proceso de realización y elevar
su energía hacia las altas frecuencias para alcanzar la liberación
y poder compartir la comunión universal y la iluminación en la
Clara Luz. Y el universo nos ayuda a cumplir nuestro contrato de
propósito vital y nuestra promesa de crecimiento espiritual.
Cuando
se nos olvida nuestro propósito vital y nos desviamos de nuestro
camino realizando acciones que no van orientadas a su consecución,
comenzamos a sentar las bases de nuestro sufrimiento y de la
enfermedad. Entonces el universo y nuestro Yo superior se encargan de
recordarnos este extravío creándonos primero una sensación de
vacío interno, alienación, falta de sentido y significado de
nuestra vida; si persiste, deviene en una crisis existencial que si
no corregimos acaba manifestándose en una enfermedad física.
Pero
tenemos a nuestra disposición una especie de don natural: el poder
de la energía de la intención, que nos permite dar un golpe de
timón en nuestras vidas para retornar a nuestro propósito vital y
llevar nuestra estructura energética hacia las altas frecuencias.
Nuestra
responsabilidad existencial es cumplir este contrato vital con el
universo.
El otro día leí estas líneas en un libro de sanación espiritual y, me resonó tanto, que deseo compartirlo y comentarlo.
Desde mi experiencia, cada determinación es un punto de partida, con el que "renuevo" mi contrato de vida con el Universo.
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